ÁREAS DE DEMANDAS
Por ejemplo, los sectores empresarial, industrial, comercial, agrario, político y financiero. Cada uno de estos sectores constituye un área de demanda tecnológica y, en general, sus intereses son una consecuencia del mercado capitalista a través del cual se efectúa la compra y la venta de productos tecnológicos.
Estas áreas de demanda cambiaron a lo largo de la historia.
A partir de los siglos XV el feudalismo empezó a perder poder y surgieron los burgueses, que se convirtieron en los nuevos propietarios de las tierras. Este sector de la sociedad impulsó el desarrollo de una agricultura orientada hacia el mercado. Conforme creció la población humana, mayor fue la necesidad de producir más alimentos por parte del sector agrario. Por este motivo, la burguesía debió hacer grandes inversiones para crear tecnologías que permitieran aumentar la producción.
Durante la Revolución Industrial, a fines del siglo XVIII, las inversiones estuvieron a cargo de las industrias, las empresas agrícolas y los bancos. Muchos de los productos que se compraban y vendían provenían de las fábricas.
Con el paso del tiempo, la relación entre las industrias y los bancos se hizo más estrecha: los bancos ayudaban a las industrias con préstamos y las ganancias de éstas se acumulaban luego en los primeros. En consecuencia la mayor demanda de tecnología estuvo dada por los sectores industrial y financiero.
En principio, la industria se orientó a la producción local en respuesta a las necesidades de cada país. Más adelante, tanto los bienes como los servicios y los procesos se comerciaron por todo el mundo. Nacieron así grandes compañías transnacionales, fenómeno que tuvo lugar después de la Segunda Guerra Mundial. Estas compañías son las que en la actualidad demandan de manera constante nuevas tecnologías para lograr grandes cantidades de producción.
Otras áreas de demanda de tecnologías tuvieron su origen en las necesidades socioeconómicas y culturales de los habitantes de cada país. Por ejemplo, en las áreas de salud, trabajo y empleo, recursos humanos, justicia, defensa y seguridad, cultura y educación, protección ambiental, vivienda, etc.